Cada día tengo que dar gracias al gran creador de nuestra vida, en especial de mí como ser humano, pienso que cada persona  puede ser lo que representa su forma de ser según haya sido su convivencia o lo que haya retenido durante el pasaje de las tres etapas de la vida. 

 INFANCIA ,ADULTO Y VEJEEZ  

Esa es la gran escuela de la hermosa vida que hemos vivido; la trayectoria es de acuerdo a lo aprendido y asimilado. Sé que en el camino  alguna vez  tomamos veredas; puede que sea el instinto de avanzar. Ahí también demostramos algo de lo aprendido, 

Seguir lo aprendido y aprender en base a ello como conducirnos. 

Perfecto, no lo somos  y tratemos de pensar que la perfección hay que ir SIEMPRE  tras ella, porque el creer que la alcanzamos en total o que es suficiente es un sentido inadecuado nuestro. Somos producto de la forma que hemos guardado en el hermoso cartapacio llamado cerebro, que no vino de la nada, sino del sabio tiempo creado. 

Alguien muy sabio, de acuerdo a mi opinión y al transcurso de mis años  me decía que cómo yo me comportara decía lo que yo era y mi alrededor eran sus palabras. Tenía conocimiento  y decía que no sabía de letras , pero sabía. Hasta mis días aprendí mucho, en especial a saber usar mi prudencia. Somos producto de lo que llevamos dentro y esa es la oportunidad de reconocerlo y aprender. 

Siempre diremos de otros lo que somos nosotros mismos, pero en mínimo tono. No es mal comportamiento, es el fruto  de la captación de los entornos chocantes de interiores que van más lentos  no poco valiosos, porque nos enseñan las variantes  y no tenemos la capacidad de hacer señalamientos porque todos tenemos variantes; el punto saber. 

Que somos seres humanos y pensamos diferente y nuestra razón no es la única. En resumen, nadie piensa ni es igual a los demás, pero entendemos mejor la vida en algo. Tus veredas te llevaron allí; no está mal reconocer que no somos iguales, ni sentimos ni pensamos igual.