TUS LÁGRIMAS.Que soledad tan honda la que yo vi en tus ojos

cuando ausentes miraban la inmensidad del mar,

eran como dos barcas, dos gaviotas perdidas,

dos perlas escondidas, en el azul cristal.

Que soledad tan grande, que soledad baldía,

en tus ojos hermosos la gris melancolía…

Era una garza blanca con las alas abiertas

volando en la inocencia de la tarde desierta.

Y yo quise abrazarte, decirte que te amaba,

consolar tu tristeza y acallar tus pesares,

pero tú estabas lejos, cual rosal que se oculta

para que nadie mire sus rosas fraternales.

Cuanto yo hubiera dado por enjugar tus lágrimas,

pero eras una estrella lejana y titilante,

un amor te había herido y tus ojos lloraban;

y  mis ojos lloraban… ¡Y tú estabas distante!

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Fabio Antonio Pabón Márquez.

Colombia.