Día Internacional de los Afrodescendientes
Las Naciones Unidas proclamaron el 31 de agosto como el Día Internacional de los Afrodescendientes para promover un mayor reconocimiento y respeto de la diversidad del legado, la cultura y la contribución de esta población al desarrollo de las sociedades. Este 2021 lo celebramos por primera vez.
Es oportuno difundir, y agradecer el invalorable aporte que hicieron a la independencia en la lucha por la emancipación Pardos y Morenos, fueron en muchos casos el componente principal de los batallones de infantería, es decir fueron “carne de cañón”. “¡Ay mis negros!”, cuentan que exclamó el general San Martín al ver caer a sus soldados de color bajo la metralla realista en la cuesta de Chacabuco. Así siguieron sirviendo en las guerras civiles y en la de la Triple Alianza, hasta convertirse en una rareza demográfica.
Lorenzo Barcala: el Coronel negro
Nació en Mendoza el 23 de diciembre de 1795, donde fue fusilado el 1 de agosto de 1835, son muchos los que sostienen que el apellido lo tomo de su amo, el escribano Cristóbal Barcala y de que quedo libre luego de la Asamblea del año XIII y por un decreto del 14 de enero de 1815 que declaró libre a todos los esclavos de 16 a 30 años poseídos por españoles. El hecho de que el escribano Barcala no era español y por lo tanto no fue alcanzado dicho decreto pone en duda esta versión sostenida por Vicuña Mackenna, José Canale, y Vicente Osvaldo Cutolo, y es entonces que aparece el historiador Luis César Caballero con su versión de que Barcala debió ser libre antes de 1813. Lo cierto que libre y sin muchas opciones de que hacer se enroló en el Ejercito en 1815 alistándose como soldado del Cuerpo de Cívicos de Pardos de Mendoza, en un contexto de sucesivas levas impuestas por José de San Martín para reforzar los cuerpos armados de Cuyo frente a la amenaza realista en Chile. Por su valor en combate ya era sargento en 1820, esa parecía ser la máxima aspiración de los morenos enlistados, hasta que el general Bruno Morón lo promueve a alférez, algo impensado entonces, Morón combatía en ese tiempo contra el general chileno José Miguel Carrera, tras la muerte de Morón, luchó en la batalla de Punta del Médano a órdenes de José Albino Gutiérrez. En 1822 era ya sargento mayor. En 1824 participó en una revolución contra el gobernador Gutiérrez; tras fracasar en el intento, huyó a San Juan. De regreso a Mendoza, secundó al coronel Juan Lavalle en la segunda revolución contra Gutiérrez, cuya victoria lo identificó definitivamente como personaje central del partido unitario local. Poco después participó, a órdenes de José Félix Aldao, en la represión de la revolución "eclesiástica" sanjuanina y la reposición en el gobierno de Salvador María del Carril. En 1826 se unió al ejército que luchó en la Guerra del Brasil, a órdenes del coronel Ramón Bernabé Estomba (héroe de la independencia que combatió bajo las órdenes de Gonzales Balcarce y Belgrano en las campañas al Alto Perú). Participó en el fracasado ataque a Punta del Este y fue tomado prisionero. Estuvo varios meses en una cárcel en Río de Janeiro con la permanente amenaza de ser vendido como esclavo, hasta que recuperó la libertad en un cambio de prisioneros. Su comportamiento en el campo de batalla fue siempre muy destacado, despertando la admiración del propio José María Paz por su accionar en La Tablada y Ocantivo, ascendiéndolo a Tte. Coronel y coronel sucesivamente. Barcala participó comandando un batallón de negros libertos llamado Cazadores de la Libertad. De allí en más la suerte le fue adversa y en 1831 fue apresado por el Tigre de los Llanos, en la batalla de Rodeo de Chacón, quien lo salvó de ser fusilado. Quiroga le ofreció ser su asistente y Barcala aceptó con la condición de no verse obligado a luchar contra los unitarios. En 1835 participó en la Campaña del Desierto ordenada por Rosas y marchó a las órdenes de Ruiz Huidobro. Muerto Quiroga en Barranca-Yaco, se retiró a San Juan.
Podría haber continuado con una vida tranquila trabajando como hojalatero, oficio que ejercía cuando debía ganarse la vida lejos del campo de batalla, pero los años de contienda y diferencias le impedían abstenerse de participar de las diferencias políticas y conspiró contra el fraile Aldao, oficial que montado en la fama ganada en las campañas libertadoras se había convertido en el señor todopoderoso de Mendoza. Fue apresado, sometido a juicio sumario, condenado y ejecutado el 1º de agosto de 1835.
Antonio Ruiz (Falucho)
Antonio Ruiz, más conocido como El Negro Falucho, fue un soldado negro nacido, según Bartolomé Mitre en Buenos Aires, que luchó en la Independencia Argentina. Ruiz combatió en el ejército del Libertador José de San Martín. Esclavizado en su nacimiento (quizás nacido en África), sirvió en el Regimiento del Río de la Plata durante la Campaña del Ejército Libertador del Perú y murió durante la sublevación de la Fortaleza del Real Felipe en El Callao el 6 de febrero de 1824.
Desde el Pacífico hasta la Banda Oriental, desde Curupaytí hasta Lima, donde el negro Falucho muere fusilado al grito de “Viva Buenos Aires”, pelearon libertos, hijos de esclavos, morenos, pardos y mulatos para defender la Patria, extender la libertad –de la que ellos, sus padres y abuelos habían sido privados– y dirimir las diferencias políticas internas.
Es participación les valió casi el exterminio, por ello Barcala, Falucho, Cabral y todos los demás Negros, Pardos, Zambos, Mulatos o sus descendientes que valientemente lucharon la libertad de este suelo merecen nuestro reconocimiento.
Elías Almada
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