Resulta curioso, que una inmensa mayoría de las personas
preguntadas afirmen, que se encontraban felices cuando
ejercían su profesión. En los periodos de ocio, el flujo era
menos común, aunque si se daba, en actividades placenteras
como tocar un instrumento o cocinar un plato nuevo.
El flujo de la felicidad, depende bastante de las metas
profesionales o personales que alcanzamos con nuestro
propio esfuerzo, de modo especial, cuando solucionamos
un gran problema que nos tenía preocupados...
"Cada uno de nosotros, tiene una idea aunque sea vaga
de lo que le gustaría conseguir, antes de abandonar este
mundo. Lo cerca o lo lejos, que lleguemos a estar de ese
objetivo, se convierte en la medida de la calidad de
nuestra vida".
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