La palabra mezcal tiene su origen en vocablos de la lengua náhuatl.
Algunos sostienen que deriva de “mexcalli” (“metl” o”meztl”, maguey, y de “ixcalli”, cocer). La traducción sería entonces “maguey cocido”.
Otros dicen que deriva de un nombre diferente que se le daba al maguey: "mexcalmetl".
En la época prehispánica se hacía un uso integral de la planta. De sus jugos se prepararaban bebidas fermentadas con fines rituales o para el consumo de los ancianos o embarazadas o como medicina, o para fabricar guisados y panes.
De sus hojas se obtenían fibras vegetales que se usaban en la confección de cuerdas, sogas y ropa. De las púas de las hojas se fabricaban agujas y clavos. De las hojas secas se hacían techos o fuego. De sus hojas se preparaban remedios y se fabricaba papel para los códices.
Estas bebidas se obtenían cocinando los corazones o piñas de las plantas, luego se las machacaba para así extraer su jugo y lo ponían a fermentar. De esta misma forma se elabora en la actualidad el pulque y el mosto para destilar y obtener el mezcal.
La destilación con alambiques, llegó a América con los conquistadores españoles, que a su vez lo tomaron de la cultura árabe, cuando España fue dominada por los moros.