Juan L.

Juan L. Ortiz

Juan Laurentino Ortiz, más conocido como Juan L. Ortiz, nacido Puerto Ruiz el 11 de junio de 1896y falleció en Paraná el 2 de septiembre de 1978, hace ya 43 años, considerado por el escritor Juan José Saer (uno de los más importantes de la literatura latinoamericana y en idioma español del siglo XX) como "el más grande poeta argentino del siglo XX".

Ortiz nació en la localidad de Puerto Ruiz, pero pasó sus primeros años en las selvas de Montiel, un paisaje que marcó su poesía para siempre. Se recibió de Maestro Normal Nacional en la Escuela Normal Mixta de Maestros de Gualeguay, y luego en Buenos Aires cursó la carrera de Filosofía. Participó de la bohemia literaria de los años 20 y trabó amistad con figuras literarias del ambiente, volvió a su provincia en 1915, más precisamente a Gualeguay donde permaneció hasta 1942, año en que se jubiló de su empleo en el Registro Civil de la ciudad, y se trasladó a Paraná. En 1924 se había casado con Gerarda Irazusta, con quien tuvo a su hijo Evar. El mismo de encargó de imprimir y distribuir sus `primeros escritos, recién en 1933 editó su primer poemario en Buenos Aires, “El agua y la noche”, cuatros después publicará “El alba sube...”,. En los años siguientes la publicación de sus libros fue mejor organizada, lo que permitió que tuviera una mayor difusión: “La rama hacia el este” (1940),” El álamo y el viento” (1947), “El aire conmovido” (1949),” La mano infinita” (1951), “La brisa profunda” (1954) “El alma y las colinas” (1956), “De las raíces y del cielo” (1958). Juanele, como comenzó a llamárselo en los círculos literarios de la capital, fumaba en largas boquillas de caña y publicaba sus poemas, de versos extensos, en libros de tipografía minúscula, cuidando hasta el extremo todos los aspectos de la edición. Su reputación de poeta de culto llegó hasta la vecina Provincia de Santa Fe, donde, entre otros, entablo amistad con Juan José Saer. En 1957 realiza su único viaje al exterior, invitado por el gobierno chino, como parte de una comisión de intelectuales argentinos que recorrió China y la Unión Soviética. Después de un largo tiempo sin publicar, en 1971 la Biblioteca Vigil de Rosario reúne su poesía completa en tres volúmenes con el título “Bajo el aura del sauce”, que incluye además” El junco y la corriente”, “La orilla que se abisma” y “El Gualeguay”, hasta entonces inéditos. Éste último, su poema más extenso (2639 versos), es a la vez una narración del paisaje y de los sucesos históricos y económicos que se produjeron en las riberas de uno del río del mismo nombre. En 2006 fue editado en un volumen propio por la editorial Beatriz Viterbo, en una edición al cuidado de Sergio Delgado, quien también preparó una edición de las Obras completas de Ortiz en 1996 publicada por la Universidad del Litoral, con textos de Daniel García Helder y Martín Prieto.

Falleció el 2 de septiembre de 1978 en la ciudad de Paraná, a los 82 años de edad, legándonos a los entrerrianos una pintura poética de una vasta región de la provincia. La tensión de su obra entre la comunión con el paisaje y el conflicto social fue magníficamente descrita por el propio Juanele:

“““Pero cuidado, mis amigos, con envolveros en la seda de la poesía

igual que en un capullo...

No olvidéis que la poesía,

si la pura sensitiva o la ineludible sensitiva,

es asimismo, o acaso sobre todo, la intemperie sin fin,

cruzada o crucificada, si queréis, por los llamados sin fin

y tendida humildemente, humildemente, para el invento del amor…”””

También tradujo obras de poetas como Paul Eluard, Giuseppe Ungaretti, Ezra Pound y algunos poetas chinos. La leyenda de su figura desgarbada, concentrada en la observación del paisaje fluvial, trascendió más que su extensa obra, de una “espléndida monotonía”, en la que identifica su espíritu con el paisaje que lo rodeó durante toda su vida, en ella están presentes el río, los árboles, las inundaciones, los cambios climáticos. Aunque se consideraba socialista y llegó a integrar un comité de solidaridad con la República durante la guerra civil española, se mantuvo apartado de los grandes movimientos políticos y sociales, lo cual no quiere decir que haya dejado de lado la conciencia social, la historia social entrerriana también está reflejada en su poesía, mostrando siempre una especial sensibilidad por el drama de la pobreza y, en particular, por los niños que la sufren. Los simbolistas franceses y la poesía oriental influyeron en su obra, caracterizada por la delicadeza y la disposición contemplativa.

Elías Almada