La Fiesta
Con un respeto que emociona.
El llamado poeta de los puros corazones, saluda al
estimado viejo, y a su humilde señora.
Cómo han estado.
Cómo están tus manos ,querido amigo de las charlas de
mañanas.
Aclaro.
Aclaro.
No soy poeta.
Ni menos un filósofo transtornado.
Sólo soy un humano, que las letras lo hacen soñar, en amores
que a su corazón, han llegado.
Muchos de ellos han partido, y su huella profunda, mi piel
han marcado.
Es una pequeña fiesta ,de manteles que con vientos, vuelan sin
rumbo determinado.
Un bautizo de barrios alejados.
Vasos frágiles que del oriente han viajado.
Pensando .
Pensando y sintiendo .
Me he sentado en una silla de barníces, que dijeron adiós, quizás en
qué siglo pasado.
Una pequeña manta, que protegerá al niño pequeño ,que a esta
fiesta ha convocado.
Un nuevo testamento.
La unción del cura que su copà ha dejado.
En una mesa.
Una humilde mesa, de tres patas largas, como palmeras que en las
plazas duermen, sin vientos que prometiron su llegada.
Que emoción siento.
Que sonrisa los cielos han observado.
Que gran día.
Que amor tan grande expresan lo invitados.
Es una humilde fiesta.
Una humilde fiesta de barrios pobres, donde el amor su cuna
ha encontrado.
Una mujer jóven, me invita a bailar en esta pista, de barros secos
recién mojados.
Una fiesta de mi pueblo.
Una fiesta de amor tan grande, como espirales de flores, que por
los horizontes viajan alegres, como almas que Dios a su presencia
ha llamado.
Adiós, debo llegar al último bus, que ha prometido llevarme a la
morada,de mi madre sagrada.
Adiós querido amigo.
Mañana me enseñarás como se podan las rosas en el mes
apropiado.
Adiós querido amigo.
Adiós.
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