No posees el azul de los océanos en tu mirada,
ni en el verde de las hierbas húmedas por los rocíos,
pero tus ojos son el café de los caminos después
de las furiosas lluvias.
Tu piel no es blanca como las nieves,
pero tu manto,
posee los aromas de la canela
recién hervida en las aguas puras como tu alma.
Eres el precioso metal fraguado en los cielos
Infinitos, ´
el beso del creador de la historia,
la sonrisa eterna de las almas que danzan
en el alfa y el omega de toda la vida.
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