Cultivos
en horizontes silenciosos donde las
arenas mi rostro tocan,
tu nombre viene a mi como espinas
dolorosas,
nombre que fue dicho, en espacios de alegres
rosas,
rosas que hablaron de juramentos en altares
grandiosos,
juramentos de amor en blanco, y soles rosas,
rosas que dibujaron tu cuerpo desnudo, en líneas
sinuosas,
rosas que el amor lo cultivaron en habitaciones, de
cerraduras hermosas,
rosas que bebieron el licor de la mirada tierna,
en el despertar de mañanas grandiosas,
despertar de cuerpos jubilosos,
cuerpos que expresaron su pasión en noches de tibios
maravillosos,
dos cuerpos que en una tarde de mayo, despidieron
su encuentro en balcones de plantas curiosas,
cuerpos que nunca más se unirán en este mundo de
cultivadas rosas
RaulFilippiderechosreservados2016
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