Heridas del alma
Miro al pasado para recordar
El silencio de tus labios rojos
El calor de tu rostro al besar
Y el misterio de tus negros ojos.
Sentir cada aliento de tu boca
De tu cuerpo la mágica suavidad
El dulce gemido de pasión loca
Entre besos y mimos de intensidad.
Ardiente ayer, me quema el alma
Estoy sin un oasis en el desierto
Debo encontrar presuroso la calma
Para no dejar mi corazón abierto.
Abierto al pesar, por tu ausencia
Sin pensar en donde te falle mi vida
Mucho tiempo sin la luz de tu presencia
Y seguro estuve, que eras mi prometida.
Ahora camino en silencio y presuroso
Aspiro olvidar todos los recuerdos
Sepultar cualquier momento delicioso
Volver del averno al orbe de los cuerdos.
Luis G Machado S.
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