Si alguien en cualquier momento,
me hubiese dicho, que escribiría
en otros tiempos, sobre amor y sus
elementos.
Estoy seguro que vertería mil risas,
desdeñando ese argumento.
La rudeza de mis movimientos.
El pensar, solamente el pensar,
en bailarinas de terciopelo, o en
violines de cristales finos, como
brisas de primavera, eran temas
de lejanas tierras.
Que extrañas son mis veredas.
Que extraños son los caminos de
mis venas.
Aquí me encuentro con esta pluma,
obsequiada por quien verso, sobre
amor y su bello cuerpo.
Quien diría que de un domador de
fieras ,
surgió quien se cree poeta.
Así siempre ha sido mi vida.
No debería extrañarme los caminos,
ni las puertas, que toque por trabajo
y sus monedas.
De limpiador de patios, para obtener
el titulo de universitarias bibliotecas.
De casinos ,donde ofrecía brebajes,
de manzanas y ciruelas, a viajes
donde aprendí prehispánicas recetas,
a vendedor de aromáticos perfumes
extranjeros.
Creanme todo un mundo que contar,
en hojas de risueños canelos.
Hoy me miro en los espejos de mi
alma ,y sonrío como un niño con
hermosos juguetes.
De mis manos surges tú letras que
los cielos obsequian.
Te saludo escrito de amor y sedas.
Gracias por acariciar mi humilde corazón.
Gracias por besar las noches, de este
aprendiz de versos.
Gracias bondadosa poesía de mil sueños.
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