Mandrágora
Te amo tanto que si debiera escuchar, el llanto
de mil mandrágoras ávidas en despojarme, de mi
cuerpo, de mi alma.
No dudaría en entregarme a la eterna agonía, de
la inmóvil sombra.
Porque amarte ha sido mi forma de existir, en este
mundo de colores sin hormas.
Maravillosos espacios donde tú eres la brillante luz,
que las mañanas a mi otorga.
Eres el silencio de las nobles flores que alzan su voz,
cuando el sol mi rostro aborda.
Te amo mi puerta de rejas bellas, de sólidos eslabones.
Mi calle que espera mis pasos, en esta mañana
de ajetreos sin orden.
Eres tú la hermosa brújula que indica mi norte, donde
anidan las grandes pasiones.
Te amaré por siempre , llave que abre el portal, de
mis emociones.
Te amaré hasta el infinito hada que sonríe, en mis
sueños de los grandes amores.
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