MI CUERPO TERRITORIO DE EMOCIONES

[Aida Viloria]

Mi cuerpo, territorio de emociones(MARATHON)

El día que me uní a ti, te entregue mi cuerpo como un mapa para que lo exploraras, penetraras y amaras.

A partir de ese día tu eres mi huésped, mi dueño, mi invasor.

Soy tierra fértil gracias al alimento que me proporcionan tus besos y caricias. Cuida tus tierras, riégalas con tu amor.

Visita constantemente mis valles, colinas y praderas. Recuerda que mi cuerpo es una zona salvaje, usa la brújula de deseo que hay en ti y ubícate en mis puntos cardinales:

Norte: Pasión

Sur: Amor

Este: Ternura

Oeste: Entrega.

No olvides que desde aquel día que llegaste a descansar en mi jardín nocturno, mis sentidos te reclaman, te necesitan, te buscan, te gozan.

Mi cuerpo se ha convertido en tu territorio nadie como tú lo ha recorrido.

Has descubierto en mí, caminos de pasión desconocidos.

Sé que aún hay muchos senderos por descubrir, sueño que sean tus tibias manos las que recorran enardecidas cada parte íntima, cada lunar, cada huella, cada vaso sanguíneo, cada palpitar, cada latido desbordado de mi piel.

Quiero que en cada viaje hagas estación en mis labios desnudos.

Cuando llegues a mis praderas, busca el árbol de los antojos, come sus frutos, deja que tu boca coma, muerda los melones que allí crecen.

En tu recorrido baja por la calle del deseo. Sigue en constantes movimientos sobre mí, no pares, sigue, sigue.

Ahora ubícate, justo allí en mi vientre. disfruta ese paisaje, sueña, vive, ríe. Deja que tus deseos vuelen libres como pájaros por el horizonte de mi piel.

No dejes de explorar, sé un chico travieso.

Atrévete a cruzar el callejón de mi cuerpo deja que tus manos lleguen como la noche al ocaso de mi espalda. Sube a esas dos pequeñas colinas que allí se asoman.

Camina en esta región con la calma de la ternura, trata de no perder el control, utiliza tu principal instrumento, tu brújula de deseo, sigue viajando en mi y encontrando nuevos paisajes desnudos bajo la mirada inerte de la luna y el sol.

No te detengas, déjate llevar por la brisa del deseo. Sigue caminando, explorando, encontrando nuevas áreas de exaltación.

Recuerda que aún hay mucho territorio ignorado por descubrir.

Quiero que seas tú quien llegue a la cima más alta, al valle más bajo y al túnel más profundo a tocar cada flor, cada árbol, cada hierba.

Quiero verte penetrando lentamente los ríos subterráneos de mi bosque, para beber de sus aguas y calmar tu sed.

Quiero que llegues a los sitios inhóspitos de mi alma, allí donde el viento se devuelve convertido en un mar de suspiros, donde la luna abraza al sol desmedido. Sol con alma de niño, manos cálidas, pies desérticos, labios húmedos.

Al caer la tarde detente a descansar en ese salvaje territorio, calma los latidos de tu corazón. Deleita tus sentidos, mira en la llanura de mi piel a una potra salvaje sedienta de amor. No te asustes con mi galopar, es mi alma salvaje de instinto felino deseando que tus manos la aten y tus besos la domen.

Ella camina libre en mi selva íntima, donde la tierra es fértil, azul, transparente, donde brotan los frutos del amor

¿Te entusiasma ver correr los ríos inmensos de sentimientos brotando de mi corazón enamorado? En mi corazón se forman lagunas castas de placer con sus aguas cristalinas. Por mis labios emanan de forma mágica, natural, colosales lagos de ternura. Las corrientes de pasión son alimentadas por torrenciales lluvias de deseo que caen desde el cielo azul de tu mirada, de tus besos, de tu amor.

Todo esto sucede en el paraíso terrenal de mi cuerpo.

Prometo que cuando te alejes de mí para siempre nadie más cabalgará sobre mi piel.

No dejaré que nadie ocupe tu región.

Todas las señales que marques con tus dedos y labios, todos los pasos que des, seguirán siendo huellas en mi corazón.

La bandera con tu nombre estará ondeando eternamente en tu territorio.

Aida Viloria