No quiero que las ruedas de la vida pasen
por encima de mi existencia tan pronto.
Que sus plumas vuelen y ya no vuelvan nuevas.
Quiero guardar un poco de su vino en mis bolsillos,
sus mariposas juveniles, sus risas y sus juegos núbiles.
Quiero seguir tocando sus alas llenas de júbilo,
sus trompetas bulliciosas;
sus abanicos de colores.
No quiero que mi vida pase
como una hoja inerte ciega, llevaba por el viento
sin dejar algo de su matiz.
No quiero dejar mi vida congelada
entre los dedos simplistas;
no quiero que sus minuteros aplasten mis sueños.
No quiero que la vida me rebase,
que mis sueños se queden en el tendedero solitarios
sin haber podido cumplirlos.
No quiero ser esa nube pasajera que nada tiene que decir
ni dejar al mundo actual.
No quiero que los años me ganen la partida,
y me dejen desolada en la misma avenida.
No quiero que mi alma de niño
muera con las inclemencias de este mundo.
No quiero claudicar a mis valores
solo para seguir la corriente del resto.
No quiero revolcarme en el lodo comunitario
y manchar la pureza de mi alma.
No quiero ser un ave que canta solo tonadas monótonas
sin luz, sin brillo,
yo quiero ser un pequeño faro
auténtico y sencillo.
Dejar una huella, aunque sea pequeña
en el aro inmenso de la tierra.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
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