Que no muera la inocencia,
con bombas de guerras,
ni misiles.
Déjenle sus alitas blancas y puras
¡A quién hicieron daño sus ternuras?
Que no muera la inocencia
en eso pueblos que sufren ataques de bombas.
¡No!, no le borren su carita angelical.
No le toquen sus vestidos tan tiernos;
no le arranquen los brazos por pedazos.
Que no fenezca la infancia
en las guerras fratricidas.
¡Respeten por favor, su cara de amor!
Levantemos la voz
por estos pajarillos tiernos.
¡No permitamos
que su sonrisa carrusel se apague!
Autora. Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados y registrados (Prohibida su copia total o parcial)
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