Revelación
Cerca,
muy cerca,
sonriente y claro;
como la brisa
que besa mi frente
al pasar;
así te siento hoy,
¡tan suave!,
con un sentir nuevo
en mi alma.
Así estás en mí Señor.
Vienes
como un pájaro azul
a mi jardín entristecido;
a posarte mansamente
sobre la orilla
de mi alma;
y me dices sin hablarme
que la vida
empezará mañana,
cuando acabe.
Dedicado a mi amado Jesucristo
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