Sólo un pájaro herido
Una alegre y dulce alondra
revoloteaba en los cielos,
disfrutando de la vida
y las mieles que le daba.
Un halcón joven y apuesto
se atravesó en su camino,
la alondra, traviesa y grácil
revoloteó frente a él,
el halcón se enamoró y,
luego de un galanteo,
amor eterno juró
en la cima de un gran cerro.
Juntos se fueron al nido,
surcando alegres los aires
y buscando su destino.
Hicieron muchos proyectos,
tuvieron tres pichoncitos,
pero un día el halcón
mostró su rostro escondido,
el ansia del cazador
que acecha siempre furtivo.
Con impiadosa traición
a la alondra hirió de muerte,
de ella no le importó nada,
tampoco de su simiente.
La alondra se quedó sola
con sus tiernos pichoncitos,
con ellos se fue del nido
en busca de otro camino.
La alondra ya no era alegre
sino triste y solitaria,
cuidaba de sus pichones
pero había perdido el alma.
Sólo era un pájaro herido
que en su soledad buscaba,
hallar un día el olvido
y encontrar otro destino.
Cristina Moure Santos
Buenos Aires-Argentina
Comentario
Es posible que tu alondra no supiera bien que el halcón debe cazar para vivir. Está bien que, aunque sea con dolor, aprenda a vivir y a superar sus debilidades. Un beso
Cristina ..Cristina ..amiga poeta
es una obra de arte amiga es sensacional ..Buenísimo
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