Sin Metáforas
Para què buscar en el acervo de las metàforas, una
razòn que defina tu hermosura.
Cuàl serìa la razòn sustancial, de observar en las
olas, el resplandor de tus cabellos, en la noche clara
de lunas llenas.
Que razòn tendrìa acariciar la flor naciente,
sentir la suave textura de sus pètalos.
Buscar en ellos, tu piel desnuda, que recorro en la
noche de pasiòn extrema.
Para què,
cuàl serìa el fin ùltimo, de que mi pluma vuele entre
los rocìos,
buscando tus labios.
No,
no buscare ahì,
el beso trascendente, que jamàs se olvidarà, en ningun
lugar de mi alma,
de mi cuerpo,
si poseo tu presencia ,en este instante de mis ojos,
de mi corazòn abierto, por este amor tan grande que por
ti siento.
Te observo,
calla,
calla que tu silencio habla.
Si, te amo,
sè que tambien me amas.
No buscarè en mil palabras, una definiciòn creada.
Sòlo deja tocar tu rostro,
tus manos.
Calla,
sòlo calla,
porque tu mirada habla.
Gracias por amarme.
Desnudos en esta cama,
acèrcate que sobran las palabras.
Deja besar tu silueta, sin vestimentas que la atan.
Porque nuestro amor, son infinitas miradas despiertas,
en tardes,
en noches,
en las calladas albas.
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