Sin Tiempo.
Son nuestros labios, quienes en el beso sentido de la
mañana,
beben del sagrado manantial de nuestra boca.
Sin importarnos si la luz ,amenaza con entrar por las
ventanas,
nos besamos olvidàndonos del inexorable tiempo
que busca
imponerse de los fuertes golpes de las campanas,
anunciando el despertar del gentìo de las calles,
de las plazas.
Porque amarnos, es viajar por espacios donde no
existen razones
ni el dictàmen enèrgico de las alboradas.
Tiempo,
tiempo dèjame escribir en las pupilas de mi amada,
que mi amor es tan grande, como torrentes de
aguas incontrolables.
Desaparecen los candados de las cerraduras, del
templo
que guardan,
lo prohibido,
lo no contado.
Desnudos nos entregamos, al placer que quema los
ocèanos
las lluvias fuertes que han llegado.
Sòlo queda nuestro deseo de sentir ,que somos
blancos pètalos del rosal,
que las mariposas han besado.
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