Sentada muda y sola, clamo por tu presencia
albo gorrión ingrato, ¿Dónde estás?, ¡oh mi vida!
¿Por qué me dejas sola, cómo paloma herida?
¡Ay mi palomo ingrato!, ¡cuanto extraño tu esencia!
Te espero en esta lluvia de loca persistencia;
con mis paraguas tristes en penas voy cosida,
con abrigos de amor, a la pena ceñida;
de mi pesar amado, ¡ten por favor clemencia!
Clavada en este banco, mojándome de amor,
parezco estatua eterna, de días que no llegan;
se moja mi chaqueta, de angustias y de llantos.
Regresa a mis veredas, ¡sin ti muere mi flor!
y las niñas tristezas con mis cabellos juegan,
¡Ven para ser feliz y revivan mis cantos!
*Autora: Edith Elvira Colqui Rojas - Perú - derechos reservados
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