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Era una mujer bajita de tez oscura y pelo lacio ,
casi no hablaba, vagaba por las calles en silencio,
se sobre adornaba con muchas pulseras, se ponía flores en la cabeza y muy pintorreteada su cara,
a veces mi mama cuando yo me arreglaba
me decía: “te pareces a barajita” esto me caía como bomba,
al final de la calle donde vivíamos había unas escalinatas enormes que descendía hasta el embarcadero
y allá se tomaban los botes motorizados que te llevaban al otro lado del río
o sea al centro de la ciudad,
allí en un recodo había una área de descanso
donde algunas personas esperaban los que venían del otro lado, a veces madres que sus hijas o hijos estudiaban en el centro de la ciudad
y tenían que cruzar en botes motorizados que cobraban baratisimo . Alli todas las tardes estaba barajita
en silencio solo mirando la caída del sol que se ponía en la desembocadura del río exactamente,
la gente le regalaba cosas especialmente las mujeres
le daban pintalabios, pulseras y ella se lo ponía todo, flores en la cabeza y seguía como si nada ,
una tarde oí que alguien le preguntaba mientras ella tenia su mirada perdida en la puesta del sol y la cara húmeda por las lagrimas
¿“que te pasa barajita”? ella en silencio señalo ala desembocadura del río y dijo “esta solo se va a ahogar”, refiriéndose a la caída del sol,
seguí mi camino y al llegar a mi casa le conté lo sucedido a mi mama, la que dijo
“ah eso le pasa a las mujeres que no son limpias" que no se arreglan”
la vecina de nosotros Carmita, dijo,
¡no! “no le diga así”, “mejor cuéntele la historia”,
y la vecina comenzó a decir
“dicen que el marido la dejo por otra
y ella un día le pregunto”
¿por qué? ¿por qué? “
y el tomándola por el cabello le dijo frente al espejo
mírate carajo, no te arreglas”
desde esa ella comenzó a pintarse en demacra ponerse cuantas flores encontraba en la cabeza y pulseras,
todas las que tenia.
sin faltar los atardeceres con la puesta del sol
Allí en la distante desembocadura del río.
¡ay dios mío que pena que pena!
como ella hay muchos casos de mujeres ,que pierden algo de cordura ,por algún amor
y hombres también
Alina Gómez
Derechos Reservados
cuentos y relatos de Ali
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