DESTINO
No puedo hablar con mi propia tristeza,
Voy navegando mi única existencia,
La llama virtuosa lentamente extingue
Dulzones rumores de amorosas caricias.
La vida no pudo trazarme otro camino,
Así pobló la senda de mi sutil destino,
Angustia, pesar y una efímera dicha,
Cuajaron entre lágrimas la dulce quimera.
Lamento en lo íntimo el fin de un embeleso,
En el caminar diario de una azarosa vida,
Incluyo al abrazo, la caricia y el beso,
En la última hora de mi humana partida.
En este horizonte agitado por el viento,
Los lamentos superan los candorosos trinos,
Desaparecen alientos, fragancias, himnos
Al unísono que mi cuerpo y alma sucumbimos.
Luis G Machado S.
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