EN SILENCIO
En silencio, invadido por un inadmisible recelo, contemplo embelesado la serenidad dibujada en tu carita hermosa, pienso entonces, que cada segundo me acerco a la intimidad de tu espíritu y al unísono me encuentro cada vez más distante de su delineada figura, del brillo de sus ojos claros, y la sensibilidad exquisita de sus labios.
Entonces en silencio, con la mirada y el pensamiento perdido en la soledad, divagando ideas que parecen no tener sentido, ni ser congruentes con la admiración que me causa su presencia, sigo en un letargo de viajeras ilusiones que me acercan a un paraíso y de pronto un despertar con el sabor acre de la angustia, de no descubrir como musitar a sus oídos y en voz apacible que le amo. Y el silencio se ha convertido en mi leal compañero de secretos que anhelo divulgar a los cuatro vientos, para decirle de manera muy tenue y delicada que no es soportable el misterioso letargo de fantasías agoreras que se incrustan como dardos en lo arcano del corazón y lastiman sin piedad las palabras, sentimientos, pasión, amor, amistad y sólo brilla el dolor.
Luis G Machado S.
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