Majestuosa catarata
Contemplando el majestuoso torrente,
creación de Dios admirable,
puedo presentir los misterios
que son del arcano insondables.
Rugen las cataratas en la neblina
de la angustiosa tarde
y entre la húmeda brisa
que baña mi honda nostalgia,
pienso en la pequeñez del hombre
por un instante.
Y me pregunto ante tanta grandeza,
¿dónde va el humano, sencillo,
insignificante
y tan falto de pureza
con sus pasos vacilantes,
cuándo la muerte lo apresa?
Miro el verdor que circunda
la cortina de agua retumbante,
y a mi pregunta no hay respuesta,
sólo me abraza el silencio,
ese silencio del alma humana,
que viene de muy adentro.
De pronto una mariposa azulada
aparece ante mí, en toda su belleza,
cálida como una esperanza,
hermosa como una ofrenda.
Y en su silencio vibrante
hay una luz milenaria,
una respuesta de Dios,
un profundo mensaje.
Que cuando la sombra de la muerte
con su manto nos abrace,
y ya ninguna alegría nos albergue,
y como estrellas apagadas nos vayamos
de este valle,
no temamos,
porque el Dios Creador que todo lo sabe,
y vigila desde la infancia nuestros pasos,
con su amor imperturbable
nos estará esperando.
Todos los derechos reservados
S.C. Cta. Nro. 1107040430657
¡Tienes que ser miembro de SECRETOS DEL ALMA para agregar comentarios!
Únete a SECRETOS DEL ALMA