PARA GUIDO Y MARGARITA EN SUS BODAS DE ORO MATRIMONIALES
Para el amor, son buenas las noches de luna
El rocío de una mañana brillante y serena
El canto sinfónico de un gorrioncillo solitario
La tenue luz de un cine tomado de la mano.
El contemplar de tus facciones de soberana
Sentir el abrazo tierno al salir de las clases
Besar el candor de tus labios en primavera
Y oír de tu boca el susurro de un te quiero.
Guido el loco colibrí y tú la bella Margarita,
Degustó de tu boca el polen perfumado
Presuroso se engancho a tus brazos señorita
A vivir contigo por toda la vida enamorado.
En ese jardín de flores perfumadas y colores
Se juraron con ternura el eterno y noble amor
Y en el altar ante Dios olvidando los temores
Unieron sus vidas, llenos de fidelidad y honor.
El tiempo ha pasado con la singular premura,
Sin que falten soplos de agonía y satisfacción,
El cariño fue creciendo con la luz de la ternura
Copando cada día de mayor pasión su corazón.
Cuatro luceros alumbran el camino de felicidad,
Transformado el hogar en ardiente resplandor,
Cincuenta años de compañeros con sinceridad
Hoy renuevan sus promesas con infinito amor.
El Señor del cielo les conceda salud y bienestar,
Cada mañana escucharan el sinfónico mensaje
De las avecillas multicolores, que en su cantar,
Alegre y melodioso esta vivo del ayer el paisaje.
Para el amor, son buenas las noches de luna
El rocío de una mañana brillante y serena
El canto sinfónico de un gorrioncillo solitario
La tenue luz de un cine tomado de la mano.
El contemplar de tus facciones de soberana
Sentir el abrazo tierno al salir de las clases
Besar el candor de tus labios en primavera
Y oír de tu boca el susurro de un te quiero.
Guido el loco colibrí y tú la bella Margarita,
Degustó de tu boca el polen perfumado
Presuroso se engancho a tus brazos señorita
A vivir contigo por toda la vida enamorado.
En ese jardín de flores perfumadas y colores
Se juraron con ternura el eterno y noble amor
Y en el altar ante Dios olvidando los temores
Unieron sus vidas, llenos de fidelidad y honor.
El tiempo ha pasado con la singular premura,
Sin que falten soplos de agonía y satisfacción,
El cariño fue creciendo con la luz de la ternura
Copando cada día de mayor pasión su corazón.
Cuatro luceros alumbran el camino de felicidad,
Transformado el hogar en ardiente resplandor,
Cincuenta años de compañeros con sinceridad
Hoy renuevan sus promesas con infinito amor.
El Señor del cielo les conceda salud y bienestar,
Cada mañana escucharan el sinfónico mensaje
De las avecillas multicolores, que en su cantar,
Alegre y melodioso esta vivo del ayer el paisaje.
Luis G Machado S.
Comentario
Qué bello Gonzalo
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