he jurado en los altares del silencio, que seguiré creando mil versos, no me asusta mi cuerpo inerte, ni menos que mi sonrisa, se aleje... de mi descanso eterno, sólo me interesa que los vientos, escriban mis palabras en tierras fértiles, tierras de niños que a los versos de rondas despiertan, niños que sencillamente son ángeles de luz, en túneles sin fronteras, niños que crearán sociedades de nobles maderas, niños que hoy ya construyen torres, de chocolates y almendras, con mi alma también he hablado, y ella me ha dicho, que cuando mi cuerpo se destruya, como hielos que se derriten en los desiertos, ella continuará cantando en avenidas e higueras, que interpretará en acordeones de caracolas, el himno de la alegría plena, que cuando sea el momento, surcará los océanos de estrellas, estrellas que le hablaran de amores, que ya viajaron a los viñedos ,de frutos verdes y morenos.
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