Silencios.
Acalle el sonoro timbal de mis pensamientos,
de mis argumentos poéticos, que buscaban abrir
las puertas de mi alma,
mi sentir pleno.
Alma perdón.
Alma mìa perdòname por no darme cuenta que tù
voz, valìa mas que mil sustentos,
de material dialecto.
Eras tù quien necesitaba en mis sueños,
en mis aposentos.
He perdido el tiempo.
Me nege a comprender que no era fìsico planteamiento,
el decir de mis creencias
Realmente necesitaba energìa viva de vuelos eternos.
Eran mis inquietos decires, de velos transparentes,
como el viento,
los que pedìan volar tan altos, como el còndor de
montañas abiertas.
Eran ellos, quienes dibujaban mi nacimiento.
Poeta de silencios.
Nunca es tarde para contar que soy, un viajero sin
tiempo.
Un soñador de los universos.
No me importa la copa de cristal, de todo tiempo.
Soy el feliz constructor de castillos que se los llevan los
ocèanos,
desde siempre,
de todos mis momentos.
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