Surrealismo.
Nuestras almas danzarán en los infinitos cielos
inmortales,
porque fue nuestra promesa continuar unidos,
cuando cese nuestro tiempo en estas tierras,
en estos océanos.
Permanecer como amalgamas de colores bellos,
en los inmateriales mundos,
que trascienden la carne,
porque el profundo sentimiento no nace ni muere,
solo permanece,
levantando su mirada,
para encontrar en los universos
el cobijo de sus deseos,
en los superiores escalones de esta vida que
continúa,
mas allá del
omega voraz que consume el respiro,
donde sucumbe la voz humana,
donde ya no hay paredes,
ni cadenas de pesado hierro,
solo sonidos de tranquilas brisas,
de cielos profundos donde los caminos
son fantasías,
y solo existe el perfume de la inocencia perpetua,
y los claros manantiales de la bondad absoluta.
Es ahí donde nos encontraremos,
para amarnos en los crepúsculos de la armonía
de nuestra esencia,
que es la grandiosa dádiva del creador para quienes
pronuncian su nombre,
y que en sus manos llevan,
pétalos de amor eterno,
y promesas de alcanzar las puertas de los sueños
maravillosos,
donde descansan las energías
que él creó,
que él ama.
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