Tu recuerdo en mí siempre será
un verso que no acaba;
una escalera alta
donde me refugio
para no llorar.
Sus pupilas me miran todo el día,
sus manos suaves me acarician cuando escribo,
su voz paternal calma
la empalagosa ansiedad de no tenerte.
Tu recuerdo a veces me hace grande,
me eleva, me inspira,
y otras veces, empequeñece mi esfinge
y me deja como un pigmeo asustado,
sin árbol de consuelo.
¿Padre, en que cielo reposaste tus alas?
¡Qué paraíso terrenal te ha escondido
para siempre de mí!
¡Baja solo un momento
por amor del cielo!
Verte solo un minuto más
es mi máximo anhelo,
¡Vivir sin ti, no puedo!
(Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados)
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