DIVINA INSPIRACIÒN ESPIRITUAL
A: mi musa y maestra
Acuarela. Amparito Merida: Por Rafael Merida.
Amparito, enciendes presuntuosa
mi llama de amor, que escondido,
parece, la estrella , caprichosa,
alzando al sol en su propio nido;
riendo, beso tus labios de Diosa,
ingenua caricia de un sentido,
toco suave la cintura leve ...
oigo así, el amor ¡Que siempre tuve!
TU ERES MI INSPRACIÓN DIVINA
UNA OCTAVA REAL Y OCHO SONETOS
A: mi musa y maestra
Amparito De León Barrios
.
I : “DULCE ILUSIÓN”
Amparito, enciendes presuntuosa,
la ilusión dulce de juventud,
divino hechizo, que en plenitud,
dentro de mi corazón, reposa
En el abrazo de un sentimiento,
que arrulla la dicha anticipada,
un suspiro tierno, en la escapada,
quiere eclipsar, mi albo pensamiento.
Eras mi resumen de universo
do mi personalidad oía,
canto a Orfeo, en un solo verso
secretos míos ¡yo la sabía!
Hesiodo imaginaba en reverso.
pues se que desde antes te quería.
II: “Tú, ya eras mi destino”
Mi llama del amor, que escondido
en el pabilo de mis suspiros,
que junta a seres predestinados,
hasta que nacemos , de un latido.
Grande fue mi dicha al conocerte,
mi pecho feliz acobijaba
al cupido loco que esperaba,
flechar sagaz al sol , solo al verte.
Con dulce amor, enzarcé un rosario,
Amparito, eres tú, melodía
que con tu nombre forma un santuario.
Feliz realidad, fantasía:
Cómo mujer es mi sagrario…
¡antes de mirarla ... la quería!
III : "Soñando despierto"
Parece la estrella caprichosa
que a paso breve -quedo- se acerca,
y con su mano, el sendero marca
puntos cardinales sigilosa.
Dije despierto que la soñaba,
ausculté su estatua, sus sentidos,
el cielo desborda sus latidos,
mientras castamente se insinuaba.
Invisible, el amor nos retrata
en la iglesia de Santa Lucía,
Testigo ciego, ella, yo profeta.
¡la besé con fe! -nada decía-
al mirar sus ojos... se delata.
antes de responder ...¡Me quería!
IV: "Eres una estrella"
Alzando al sol, en su propio nido
el sol, ríe, juega, con las estrellas.
corro, audaz tomo, cada una de ellas...
las otras en el mar se han perdido.
Tu púber rostro inspira al soneto,
cual cuerpo que inspira la pasión,
tu nombre, música de canción,
tu caminar para el río un reto.
Verte reír es como oír la misa;
la transparencia de mediodía;
misterio que tu mirada oficia.
Reloj de su corazón oía,
la pensativa joya que avisa
cariñosa, que ya me quería.
V: Divina Petición
Riendo, beso tus labios de Diosa,
con néctar a Dios pido tu mano,
linfa cristalina, en galo trono,
castidad visible, olor de rosa.
En ti la primavera nació,
se llenó de luz la noche oscura,
de doncellas la más casta y pura,
cielo y mar, al rey estremeció.
Dos en uno la amada me arrastra,
y así nació, lo que ya existía
ella es, de mística, mi maestra.
Hambre de encarnación padecía
desnudo el pensamiento demuestra,
que con amor ciego la quería.
VI: “ Nuestra Ilusión”
Ingenua caricia de un sentido
fruto, de compartida ilusión,
cielo que se baña de canción,
pues viene vestida de cupido.
Nuestro amor, llenó la seguidilla,
y cada hijo es uno de sus versos,
esencia bendita con sus besos,
penetrando la noche sombrilla.
Fiel amante, amiga, casta esposa:
tu vientre preciosa trilogía;
sin egoísmo, celo, virtuosa.
Aldeanita hecha reina un día,
cantando, me dijiste, "te quiero"
-yo no expresé nada- ¡Te quería!
VII: "Yo te amo"
Toco suave, la cintura leve,
me conforta presionar tu talle,
el claro río que cruza el valle,
o un chopo que de su arroyo bebe.
Te amo, por sencilla, por sensible,
amo tu sonrisa franca, errante,
amo tu constancia, tu horizonte,
tu gentil mano casta, invencible.
Te amo, porque tú nunca desmayas,
aunque sientas que nada varía,,
¡porque induces fe por donde vallas!
Infinito amor, que nos unía,
cubierto en cónclaves amarillas,
realidad: "ya antes te quería"
VIII: "Realidad"
Oigo así, el amor, ¡qué siempre tuve"
cual pájaro audaz en raudo vuelo,
que osa llegar, sin alas al cielo
y siente, tu amor, en una nube.
Tú eres linfa que apaga mi sed,
mi lira de silbos amorosos,
aroma de campos nemorosos,
verde hoja que vuela a su merced.
Hoy te adoro más, más que una hermana,
adoro hoyuelos en tu mejilla,
hipsípila, el crepé te engalana.
La vida su amor nunca varía,
sin ostentar, vanidad humana;
"Ella me quiere”... ¡Yo la quería!.
.
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Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano
“Hombre de Maíz, 2009” Guatemala, C.A.
Premio Mundial a la Trayectoria, 2011-SELAE, Italia,
Comentario
Agradecido siempre por el aprecio a mis letras, a las visitas y por los comentarios.
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Gracias Rosemarie Parra
Gracias Isabel Flores Rodríguez, agradezco el destacado.
Gracias SENDA
Gracias Alida I Gómez
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Rafael.-
Agradecido siempre por el aprecio a mis letras, a las visitas y por los comentarios.
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Gracias Rosemarie Parra. Este poema también a sido publicado con el nombre de"Divina Inspiración Espiritual" pero por razones literarias el nombre que es reconocido es por los temas que lo integran o sea que de una Octava real nacen los sonetos. Gracias "REINA DEL AKRO".-
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