VIAJE AL OLVIDO
He de abrir esa puerta. Pensé. La puerta del olvido
La derribaré, la traspasaré, la venceré.
Grité, lloré, me puse triste
Un río de lágrimas se desbordó en mis ojos
En la memoria se desató una tormenta de recuerdos
Se mojaron las alas de mis sueños
Con los sueños trasnochados emprendí un viaje
acompañada por la soledad, el dolor, el sufrimiento
En dura batalla me enfrenté a mí misma
fui homicida y victima a la vez
caí incontable veces
Las noches se hicieron largas, frías, crueles
Una voz interna me gritaba
que no me muriera, ni rindiera
Pronto llegará mi día, pensaba esperanzada
sin perder la cordura
En el camino del olvido fui azotada
por la pasión del fuego, de la sangre
que me hacían doblegar angustiada
Mi carne ardía, crujía como madera encendida
A pesar de eso, seguía viva
¡Ay, ay, nadie sabe lo que es esto!
Yo lo amaba, lo adoraba, él era mi vida
Ese hombre era mi ruta, sus manos cercaban mi piel
sus labios me ataban, me anudaban a su antojo
no me dejaban marchar
Cada beso suyo me decía que me llenará de él
cada ausencia me invitaba a liberarme de sus besos
Su mirada me empujaba, me quemaba, me arrasaba
¡Ay, ay, nadie sabe lo que es esto!
Pero un día cualquiera desperté de esa agonía
Llegó tu hora, dije. Llegó tu olvido
Estas fuera de mí, ya no te quiero,
te he vencido en mi alma
Puedes irte, te saqué de mis entrañas
Hoy me siento curada, soy furiosamente libre
Estoy de pie sobre la tierra del olvido
puedo correr libre como las aguas del río
Después de muchas caídas me levanté, me liberé
Al final del recorrido
he llegado con las manos llenas de sangre,
Sangre de olvido
Sangre derramada como gotas de dolor
por las rosas muertas de tu amor perdido
Aida Viloria
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