VIEJITA LINDA
Ligera con sus manos arrugadas por la edad,
En la fogón, sin falta los platillos más exquisitos,
Cómo olvidar los guisos elaborados con bondad,
El infaltable trago de café, y el pan en pedacitos.
Serena, exigente, modelo de la matrona virtuosa,
Tu rosario en las tinieblas orabas con devoción,
Te recuerdo madrecita, mi preciosa viejita cariñosa,
Ahora quisiera junto a mi pecho sentir tu corazón.
Tantos años de tristeza tras el viaje sin reintegro,
Apenas tus manos pude besarlas con devoción,
Me pediste, el último trago de cafecito negro,
Lo saboreaste como siempre, plena de emoción.
De tus ojitos brotó un cúmulo de perlas de dolor
Y de tus labios un suspiro hondo y muy profundo,
Dormiste para siempre con la risita de vital amor
Mamita, que falta me haces, siento que me hundo.
Luis G Machado S.
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