De un tiempo a esta parte somos muchos, los que nos sentimos anclados en los sueños irrealizados, nos mantenemos establecidos en la arena de los sentimientos, adentrándonos en ellos con cierta frecuencia. Enajenados quisiéramos sentirnos para evitar ciertas desventuras y de ese modo proseguir nuestro camino con total disposición. Difícil será poder contemplar la luz tan especial y misteriosa como la desprendida de una cálida mirada. Hay personas muy cercanas en la distancia que logran llenar el vacío existente en nuestra alma deseosa de atenciones.
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