Varias veces creí estar enamorada, hoy sé que no fue así. Cuando te ví por primera vez y me hundí en la profundidad de tu mirada, nuestras almas se reconocieron. Me bastó un segundo para saber que eres el amor que esperé toda mi vida. Es como si mi piel reconociera tus caricias y mis labios el sabor de tus besos. Tu mirada desnuda mi alma, tu alma me reconoce, me presiente, se funde conmigo en una comunión total. Le agradezco a la vida haberte puesto en mi camino, gracias a ti descubrí que el amor, cuando es real y verdadero, va más allá del tiempo y la distancia y basta con una mirada para elevarte al cielo. Hoy, sin temor a equivocarme, recibo tu amor y digo que te amo. Tu corazón y el mío laten al unísono.
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