Hace varias horas que está presente la noche cerrada, la niebla es tan densa que apenas se puede divisar algo a corta distancia. Me siento desterrado del entorno. Resulta curioso con tantos adelantos que existen, no logremos disiparla. Pocas son las personas que desean enfrentarse a ella ésta noche. Creo que ni los propios ángeles desean hacer acto de presencia. Incluso los mismos árboles cercanos parecen deseosos de hacernos llegar su descontento, debido a su estado anímico, para nada reconfortante.
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