Un honor con mayor sentimiento que el profesado resulta bastante difícil que pueda arder en pecho alguno. Al contemplar la primera luz que aparece al despertar en un nuevo día y observar el interés que muestra en que permanezca cautivo de mis aconteceres, es cuando me veo obligado a enfrentarme a ella, hasta que llegue la caída de la tarde, para darme cuenta de que la hermosa naturaleza está muy dispuesta a sucumbir a tan lindo deseo. Mientras las ventanas de nuestros ojos deseen permanecer abiertas, seguro estoy de que logrará amanecer con una luz especial el nuevo día.
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