ALMA DESNUDA
Amado mío
Un día soñé con la ternura y apareciste tú.
Soñé con el placer y llegaste con tus besos.
Así empecé a soñar con la felicidad.
Así llegué a tu vida, amado mío, desnudándome de toda mi necesidad,
vistiéndome en la piel de tus deseos, entregándome por entera a la
dicha de ser feliz en tus brazos.
Brazos que despertaron la primavera en mi piel
el dìa aquel que descendieron como brisa por mi cuerpo
Amado mio
Te acuerdas del primer beso que nos regalamos?
Ese beso fue indefinible, corto, enigmático, silencioso, noble.
Ese día tus labios desnudaron mis deseos, que volaron como palomas
mensajeras de caricias hasta el cielo.
Tus besos caían como arroyo de
miel en mi boca.
A partir de entonces mi alma corre sin cesar
en el bosque de tu cuerpo para darle rienda suelta
a las caricias
Caricias que al ser liberadas
vuelan como pájaros y aletean dentro de mi
respiración cada vez que estoy en tu presencia.
¿Te acuerdas amado mío?
Al día siguiente de nuestro primer encuentro de ternura, tu voz de
pájaro, tus ojos de aves, emigraban a mis brazos.
Tú tratabas de alzar vuelo y no podías porque tus alas
quedaron atrapadas en mi cuerpo
Desde que nos miramos por primera vez
quedamos atrapados en nuestros sentimientos.
Ahora no puedes alzar vuelo lejos de mí.
Yo tampoco lejos de ti.
Por todos esos momentos amado mío, tan maravillosos.
Te amo como a nadie.
Cuando mi alma se separe de mi cuerpo,
y sea sepultado en el campo santo quiero que vayas a visitarme
Cuando estés allí amado mío, mírame, obsérvame
alimentame el alma con el amor de tus pupilas
Allì arden las llamas de los recuerdos
Mira el cielo palpa mi alma
Asì sentirás que en mi simiente, se esconden, respiran,
sobreviven; las cosquillas que me hacías sentir en cada entrega
liberando mi alma y llevàndola al cielo.
Y despuès de cada final me resucitabas con un beso.
De esa manera mi amor quiero estar eternamente
en el silencio de tus recuerdos con el alma desnuda...
Aida Viloria
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