Pocas situaciones nos producen tanto dolor, como es
conocer la codicia de algunos seres humanos, y esas pasiones
groseras, que manchan -en cierto modo- la dignidad.
La vida, amigos míos, es similar a un gran baile en el cual, el tiempo transcurre de forma imparable y fugaz.
Nuestros ojos, siempre están dispuestos y ávidos buscando
escenas que nos recuerden momentos agradables vividos.
La vida, juega su papel, pues entre otras cosas, se encarga
de darnos lecciones que nos permite valorar los malos y buenos
momentos con serenidad, sensatez y justicia.
El tiempo sigue su marcha imparable, desfilando los años
por la pasarela del saber, mientras somos protagonistas de nuestra
propia historia de forma inexorable
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