A la Madre.
He caminado por esta vida, llevando en lo absoluto
de mi alma,la herencia de tus palabras, y el eco
profundo de tus enseñanzas de lo recto de las miradas,
y la compasión por quien sufre, mas allá de lo
permitido por los escritos sagrados, de quienes hablan
que lo humano es la razón esencial y maravillosa ,
de quien viajó para morir en la cruz de los romanos.
Me llevaste un tu vientre cuidando de que mi cuerpo,
fuera hecho con almíbares de esta tierra generosa, y
que mis cabellos nacieran de los trigales que se
alegran por el sol de los días.
Que mis manos fueran de metales nobles para que
se alzaran, agradeciendo lo sagrado del trabajo de
tejer valores, para enfrentar las encrucijadas, donde la
causa
justa se siente amenazada.
Me diste de beber la savia del árbol fuerte para saber
que cuando muera, me iré de este mundo ,
consciente, que no he dañado al que se acerco, buscando
de mi, la amistad profunda que sólo se desata cuando
la sangre,
ya no viaja por los senderos de la carne adormitada.
Seguro que nos encontraremos en las puertas de la luz
eterna,sagrada,
hoy agradezco arrodillado al superior corazón dorado ,
por haberme hecho tu hijo y cuidar mi semilla, en
los almácigos
que pertenecen al creador de las luces y las sombras,
de estos universos silenciosos,
llenos de estrellas y lunas, donde he escrito tu nombre
con plumas de aguas y flores, que danzan con los vientos
de las alboradas.
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