La actividad mental es como una cobra de veneno mortal.
Si no interferimos con la cobra, seguirá su propio camino.
Aunque sea extremadamente venenosa no nos afectará;
simplemente no nos acercaremos a ella ni la agarraremos,
de ese modo evitaremos su mordedura...
Deja de lado tus preferencias y odios. Trátalos de la misma
manera que tratas la cobra. No interfieras con ellos.
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