Siento como envuelves con esa suavidad sutil nuestros cuerpos,
alimentándolos sin pedir absolutamente nada a cambio,
sin ti, sería imposible la vida en el planeta.
Cuando decides ponerte en movimiento,
convirtiéndote en viento,
nos aportas diversos aromas,
y también te llevas alguna que otra
pena y alegría.
Cuando te tornas irascible,
nos muestras tu inmenso poder y enorme fortaleza,
no teniendo otro remedio en nuestras manos,
que aceptar tu voluntad,
puesto que no podemos luchar en tu contra
hasta el punto de lograr vencerte.
Hoy te pedimos que permanezcas callado,
y que guardes tus legendarias vivencias
entre las grandes masas pétreas.
¡Si pudiéramos incorporarnos a ti,
disfrutaríamos
del don de la ubicuidad !!.
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