Alguna que otra vez has logrado que la noche amanezca sentada en la ventana de tus ojos. Eso sucedía cuando el mar suspiraba por el aroma de azahar que el viento se encarga de trasladar hasta donde estás. Somos muchos los que sabemos que tenemos el tiempo tasado, y que el vacío que se instala en nuestro ser., es un espejismo que nos indica el deseo de escapar de la nada, que se había acurrucado en nuestro interior más recóndito. No pierdo el interés en llegar a conocer algún día, el lenguaje de las ardillas. Con este deseo he logrado que tu cara reflejara una preciosa y ligera sonrisa.
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