Amar la vida, es amarla incluso cuando no tenemos
estómago para ella, y todo lo que teníamos en gran
estima se desmorona como un papel quemado en
nuestras manos.
Cuando el dolor se sienta con nosotros, su calor
tropical espesa el aire, el agua es pesada, más
apta para los branquias que para los pulmones;
cuando el dolor pesa...¿Quieres que tu propia carne
sea más de,lo mismo, obesidad de pena?.Pensamos
¿como puede un cuerpo soportar esto?.Entonces
tenemos la vida como un rostro entre nuestras
manos, una cara normal, sin sonrisas encantadoras,
sin ojos de color verde, y decimos: sí te tomaré,
te amaré una vez más.
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