Ha pesar del tiempo transcurrido, aun guardo en la memoria, la
primavera pasada con sus agradables brotes de deliciosa e
ideal temperatura.
Me encantaría, poder volver a recorrer esa piel de crisálida, y
besar esa boca de granada en flor. Me gustaría abrazar tu
cuerpo, hasta adueñarme de la madrugada. Eres la mujer de
las mil tardes, y dos mil noches, con esos ojos negros puestos
en el desierto del cielo. Tienes la facultad de saber callar,
admirar, tolerar y jamás está en tu intención engañar bajo
ningún concepto. Eres mujer, que desea profetizar, con lengua
sensual y cálida.
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