Me asomé a la ventana de tus ojos, y encontré la paz que me ayudará
ha seguir caminando por los senderos y vericuetos de la vida, libre, fuerte e insistente como el viento. Me siento atrapado por un mundo desconcertado, que intenta llegar a no se sabe bien que situación.
Se que estamos obligados a transitar por caminos duros, pero hay
que superarse día a día. Todos estamos matriculados en la escuela
de la vida, en ella el único maestro que tenemos es nuestro amigo
el tiempo. La vida se comprende mirando hacia el pasado, pero
debemos vivirla mirando hacia delante. Una buena parte de las
personas somos como el vino; la edad suele estropear los malos,
pero también mejora los buenos.
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