¡Ay! Corazón
Qué puedes decir ante mi tristeza acumulada,
cómo justificar tu ausencia fugaz y repentina,
En dónde averiguar con tesón mujer anhelada,
te has esfumado aún de mi destruida retina.
No pretendo desfilar tras de ti para buscarte,
Sin pedir que vuelvas al nido que abandonas,
eres libre, no pongo empeño en encontrarte,
para que, continuar si tú tampoco perdonas.
Me dirás un día que me quieres y extrañas,
que tus besos no serán de ningún otro amor,
es la quimera con que eternamente engañas,
dejando tras de ti un alma colmada de dolor.
Es tan grandioso el horizonte y sus encantos
corre de prisa, cumple tus anhelados sueños,
yo me quedo embelesado en otros cantos
esperando calmado encontrar nuevos ensueños.
Luis G Machado S.
¡Tienes que ser miembro de SECRETOS DEL ALMA para agregar comentarios!
Únete a SECRETOS DEL ALMA