Te pido, por favor, que no me preguntes el motivo de tener la boca seca, pero te diré que es posible que se deba a tanto tragar ausencias. Tú sabes muy bien acerca de conquistas imposibles, y de las sombras tenaces que engullen de un solo trago los proyectos soñados. Al otro lado del quicio de la puerta, podrás ver ese mundo que tanto anhelas, incluso algún que otro lucero al llegar la madrugada. No hay amor más doloroso que el no sabido. Por favor, cierra la puerta cuando salgas, y pregúntale a la niebla que es lo que esconde en su mirada.
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