Es importante, concentrar la energía en un período limitado
de tiempo: " Una victoria rápida es el principal objetivo de la
guerra. Si la victoria tarda en llegar, la moral decae.
Si las tropas atacan ciudades, se desgasta su fuerza, Cuando
un ejército se implica en una campaña prolongada, los recursos
del Estado disminuyen con rapidez.
Cuando tus armas están melladas, y el ardor decae, tu fuerza,
disminuye,y los jefes de los estados vecinos
tomarán ventaja de la crisis para actuar. En ese caso, ningún
hombre, por sabio que sea,será capaz de evitar las desastrosas
consecuencias que de ello resulten".
Para evitar este riesgo, en los combates de la vida diaria, debemos
saber administrar con sabiduría, los momentos de lucha y las pausas,
pues el arco que está siempre en tensión, termina rompiéndose
dejando de tener utilidad.
En la brevedad de los esfuerzos está, en todo caso, la clave del
rendimiento. Una hora dedicada a la lectura atenta, por ejemplo,
produce mejores resultados que tres horas de lectura distraída,
además de conducir a la fatiga y la apatía. Como en las artes
marciales, donde ningún movimiento, debe ser en vano. No dilapidar
el tiempo y las energías, garantiza que sabremos estar a la altura
en los momentos culminantes.
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