El ser humano ha nacido para alcanzar la vida, pero todo depende
de el. Puede despreciarla, puede seguir respirando, seguir comiendo,
seguir envejeciendo. Cualquier animal es capaz de hacerlo, crecer
es la prerrogativa del ser humano. Solo unos pocos reclaman este
derecho. Crecer significa sumergirse en cada momento, de forma
más profunda hacia el principio de la vida; significa cada vez más
alejarse de la muerte. Cuanto más ahondamos en la vida, más
comprendemos la inmortalidad de nuestro interior. Llega un
momento en que la muerte no es más que un cambio de ropa,
un cambio de casa, un cambio de formas. Ella es la ilusión más
grande que existe. Para crecer, debemos observar un árbol...
A medioda que crece hacia arriba, sus raices lo hacen hacia
abajo. De ese modo y forma, logra el equilibrio tan necesario
para seguir existiendo.
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