¿ Dónde se encuentra entonces la felicidad?
En el olvido, no en la indulgencia del yo. En la huida
de los apetitos sensuales, no es su satisfacción.
Vivimos en un lugar oscuro, cerrado sobre si mismo,
que es todo lo que vemos o sabemos cuando nuestra
mirada se fija siempre hacia abajo. Para levantarla hacia
arriba, y tomar conciencia del universo amplio, el luminoso
exterior. Solo esto es la felicidad. En su nivel más alto,
la felicidad, es el éxtasis que los místicos han descrito de
forma inadecuada. En los niveles más simples, es el amor
humano, los encantos y belleza de nuestra tierra querida,
sus colores, formas y sonidos, el encanto de la comprensión
y de la risa, y todo otro tipo de ejercicio de las facultades
que poseemos, la maravilla del significado de todo,a ratos
vislumbrado, mal explicado, pero siempre presente.
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